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Mostrando entradas de abril, 2020

Ingredientes para un proceso. El caso Galileo (IV)

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En 1616 la Inquisición romana recibió la acusación –anónima, dicho sea de paso– según la cual Galileo defendía en sus clases y discursos una doctrina formalmente herética . Lo de "formalmente herética" es bastante importante, pues estrictamente hablando, lo que defendía Galileo no era –al menos, de momento– una herejía. Quiero decir: si hubiera defendido, por ejemplo, que Jesús no era Dios, habría podido ser acusado por hereje, pues tal doctrina había sido declarada como herejía hacía más de mil años, en el 381. Pero defender que la Tierra giraba en torno al Sol nunca había sido declarado como herético por ninguna autoridad eclesiástica. Si se puede decir así, Galileo se encontraba en una especie de "vacío legal": había que estudiar si la teoría heliocéntrica se oponía o no a la verdad revelada, y precisamente en eso consistió el proceso de 1616. En realidad, que algunas personas dijeran que sus ideas contradecían la Biblia era algo que preocupó mucho a Gal

Se masca la tragedia. El Caso Galileo (III)

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Con su telescopio mejorado, Galileo pudo observar los cielos con una claridad y un detalle que nunca hasta entonces se había conseguido. Y lo primero que puso en su punto de mira fue la Luna, que siempre es lo más atractivo de ver con un telescopio. Fue durante esa observación que nuestro astrónomo hizo su primer gran descubrimiento.  La capacidad de aumento de su telescopio permitió a Galileo observar con detenimiento las manchas lunares. Y se llevó una buena sorpresa cuando comprobó que aquello que todos pensaban que eran simples cambios de color en la superficie de nuestro satélite, al ser iluminados lateralmente por el Sol, ¡daban sombra..! En efecto, Galileo comprobó así que la Luna tenía relieve, con sus valles, sus cañones y sus montes, alguno tan altos como las montañas del Himalaya... Esto produjo un asombro enorme, pues, en aquella época –siguiendo a Aristóteles–, se pensaba que la Luna era una esfera perfecta y que, además, estaba formada por un material distinto a to

Un genio toscano. El caso Galileo (II)

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Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Fue el primero de los seis hijos de Giulia Ammannati y Vincenzo Galilei. Cuando tenía diez años, sus padres se trasladaron a Florencia por trabajo –su padre era comerciante– y el joven Galileo quedó en Pisa a cargo de su vecino Jacobo Borhini. En esa época el joven Galileo se planteó su vocación religiosa y entro en el noviciado de la abadía de Santa María de Vallombrosa. Esto no le hizo mucha gracia a su padre, hombre más bien escéptico en materia religiosa, quien aprovechó una enfermedad pasajera de Galileo para llevárselo de vuelta a Florencia. Poco después, gracias a la ayuda de un amigo de la familia, Galileo entró en la Universidad de Pisa. Aunque su padre quería que estudiara medicina, el joven Galileo tenía otras ideas y pronto comenzó a interesarse en las matemáticas, atraído por los trabajos de  Pitágoras y Arquímedes. No quiero aburrir con la historia de las ideas en Occidente pero, en aquella época, si eras pi

En busca del acta perdida. El Caso Galileo (I)

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9 de diciembre de 1999 Archivo de la Congregación  del Índice de Libros Prohibidos Cuidad del Vaticano El doctor Artigas abrió sobre su mesa el polvoriento legajo que había extraído del archivo secreto vaticano. Un conjunto de documentos antiguos, de casi cuatro siglos de antigüedad, se prestaban ante sus ojos. Uno de ellos llamó su atención. Se trataba de una nota breve –no más de una cara y media– con ocho párrafos de texto manuscrito en latín. No estaba firmado, no tenía encabezamiento. Pero su primera línea despertó la atención y –¿porqué no decirlo?–, la emoción, del experimentado investigador: " Vidi discursum Lyncei... " Ví el discurso del Lince. Cualquiera habría pasado por encima de ese comienzo sin darle importancia. Pero no el doctor Artigas... Él sabía bien quién se escondía tras de ese nombre de felino. Nada menos que uno de los personajes más controvertidos del siglo XVII: Galileo Galilei. Y el documento que por fin tenía ante sus ojos, arrojaba

Kepler y la elegancia de las elipses

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Hoy quería hablaros de un personaje que es, a mi juicio, una de esas personas que más han contribuido avance de la ciencia: el astrónomo y matemático Johannes Kepler. Bueno, ya sé que no se trata de alguien desconocido, ni mucho menos. Pero me parece que merece la pena dedicar algo de tiempo a explicar cómo las ideas de este alemán y, más en concreto, su forma de entender la naturaleza, contribuyeron a la enorme revolución científica que se produjo entre los siglos XVII y XVIII. Kepler nació en Weil der Stadt, Alemania, el 27 de diciembre de 1571. Curiosamente, aunque sus padres eran fervientes luteranos, Johannes fue bautizado como católico. A los tres años la viruela le daño de forma perpetua la vista, lo que no deja de ser curioso en una persona que acabaría dedicando su vida a la astronomía... Ya de pequeño, Johannes destacaba por su inteligencia, especialmente por su talento para las matemáticas. En sus obras nos narra cómo fueron sus padres quienes le inculcaron s