El verdadero padre del Big Bang

Dicen que para no enfadarse demasiado es bueno contar hasta diez. Pues vale; en lo que va de semana ya he contado diez veces en las que leo en las redes -e incluso en algún periódico- que Stephen Hawkings fue el padre del Big Bang... Y, oye, que ya me he aguantado lo suficiente.

Georges Lemaître 
Posiblemente ya sepas que la teoría del Big Bang fue presentada cuando aún faltaban once años para que naciera Hawkings. En 1931, Georges Lemaître publicó su artículo en el que hacía una seria revisión de las ecuaciones de la relatividad general, en la que llevaba varios años trabajando. En ese estudio corregía el trabajo de Einstein y proponía, entre otras cosas que, si esas ecuaciones eran ciertas, el universo debería estar en expansión y, por lo tanto, al principio toda la materia y energía del Universo debería haber ocupado un espacio muy reducido. Formuló así la llamada "Teoría del átomo primitivo", que más adelante adquirió el nombre, mucho más "resultón" de Big Bang.

Tal vez pienses que me he equivocado de foto, pero no. Como puedes ver, Georges Lemaître, además de ser un físico eminente,  era sacerdote, jesuita, para más señas. Como lo oyes: el verdadero padre del Big Bang fue un cura belga...

No deja de ser curioso que las ideas expuestas por Lemaître tropezaron con una abierta hostilidad por parte de científicos. Varios hombres de ciencia, incluido Albert Einstein, veían con desconfianza la propuesta de Lemaître. Y no porque no consideraran seria su propuesta, que lo era y mucho, sino por el mero hecho de que podría favorecer a las ideas religiosas acerca de la creación. Lo que son las cosas... Para que luego me vengan con que la religión obstruye la ciencia. En fin...

Pero una de las ventajas de la verdadera ciencia es que no tiene vuelta de hoja y poco importan los prejuicios. Lemaître siguió defendiendo su teoría y fue poco a poco ganándose el reconocimiento de físicos de renombre como Arthur Stanley Eddington o Robert Millikan. Ambos propiciaron el acercamiento entre Lemaître y Einstein. Y hablando se entiede la gente: como no podía ser de otra forma, Einstein acabó aceptando su error, reconociendo el trabajo del belga, e introduciendo las debidas correcciones en la Teoría General de la Relatividad.


Lemaître estaba convencido de que ciencia y religión son dos caminos que, complementándose, convergen en la verdad. Así, en una entrevista concedida al periódico estadounidense The New York Times, declaraba: "Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión".

Lemaître murió en Lovaina en 1966, poco después de oír la noticia del descubrimiento de la radiación de fondo de microondas cósmicas, que constituía la prueba de su teoría. En su honor, uno de los cráteres lunares lleva su nombre, y de la misma forma fue bautizado uno de los asteroides que cruzan la órbita de Marte.

Comentarios

  1. Sugiero que algún día cuentes la historia del proceso a Galileo y su enfrentamiento con los Jesuitas que le achacaban que sus datos astronómicos eran erróneos ... como así se demostró.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por la sugerencia. Hablaré de Galileo en algunas entradas.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Sábana Santa y el Carbono 14 (I)

La Sábana Santa y el Carbono 14 (y III)

Una curiosidad científica: el entierro de Santa Teresa