¿Y por qué?

Bueno, pues resulta que hace algún tiempo, allá por el lejano 2011, salió publicado en el periódico de mi ciudad (El Comercio, de Gijón, decano de la prensa asturiana) que me había hecho sacerdote. Entre otras cosas se decía ahí que había estudiado física y que me había dedicado durante algunos años a investigar en el departamento de física aplicada de la Universidad de Valladolid.

El caso es que me llamó la atención que mucha gente, en los comentarios a esa noticia, se extrañó de que la combinación "físico y cura" fuera posible.

Debo decir que eso me asombró: de hecho conozco bastantes físicos que, como yo, con el tiempo han decidido hacerse sacerdotes... Y muchos de mis profesores y compañeros son creyentes...

Vamos, que me parece que pretender ver una incompatibilidad entre ciencia y fe no tiene mucho sentido, y me he propuesto escribir este blog para ver si puedo hablar con quien me lea (¡Hola..! ¿Hay alguien ahí?) sobre ese tema tan apasionante, al menos para mí, que es la relación entre ciencia y fe.

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