Marte en la Tierra
Ayer estuve con unos amigos visitando las minas del Río Tinto, en la provincia de Huelva, donde estoy pasando unos días. La verdad es que, aunque había oido hablar de ese lugar, no me imaginaba que fuera tan interesante. Y no solo por la grandeza de esas minas de cobre a cielo abierto, que son una auténtica maravilla de la ingeniería. Lo que más impacta es la corriente de agua que da nombre a las minas: el famoso Río Tinto. Este río es realmente único en el mundo. Lo primero que te impresiona de él es su intenso color rojo –de ahí su nombre, como ya te habrás imaginado– que le da una belleza exótica, casi irreal. Porque no es que la tierra del fondo sea roja: es que es roja el agua. Debido a las características del terreno, rico en piritas y calcopiritas, el agua del Rio Tinto tiene una enorme concentración de óxido de hierro –que le da ese intenso color rojo– combinado con nada menos que ácido sulfúrico. Este ácido, a la vez que pinta de amarillo los márgenes del río, da...